Lejos de ser una invención, los sabores nos afectan a nivel físico y emocional. La ausencia de algunos de ellos, su abuso o mal uso, en nuestra alimentación, pueden causar desequilibrios. O hacer que actuemos de una forma exagerada o indiferente, frente a una situación específica, o la vida misma.
Te resuenan expresiones como: “Que persona más dulce, los mayores se vuelven amargos, que comentario más picante”…. Bien, ahí están, parece que realmente los sabores van ligados a nuestra naturaleza.
Si quieres oír El Post sin irte de Mi Blog, acá abajo te lo dejo.
Veamos algunas cosas interesantes de cada uno de ellos:
- EL SABOR DULCE: Es el más pesado de los cinco y el que posee más naturaleza fría. Nutre el cuerpo y la mente, calma el hambre. Favorece la hidratación y la nutrición. Es el más básico y fundamental y debe predominar sobre los demás sabores. Lleva la energía (El Qi) hacia arriba y hacia afuera del cuerpo.
Con moderación:
- Su ingesta, activa la producción de insulina, por parte del Bazo-Páncreas. Por ello, si el dulce consumido, proviene de alimentos integrales, se activa la enzima “amilasa”.
- El sabor dulce influye y estimula procesos a nivel cerebral, por ello si está en un buen nivel – estimula la producción de Triptófano – y lo envía al cerebro. Consumirlo en exceso, lleva a la hiperglicemia (exceso de azúcar en sangre), ocasionando dispersión y desorientación.
- La combustión del dulce y los carbohidratos, proporciona calor al cuerpo.
- Tonifica el cuerpo, es decir, sirve como combustible para músculos, nervios y el cerebro.
En exceso:
- Produce inercia, disminuye la atención y capacidad de percepción.
- Y si es de mala calidad o demasiado refinado, promueve la formación de moco y humedad.
- Es un medio propicio para la formación del hongo “Cándida Albicans”.
- Retarda el metabolismo del calcio, con lo cual, pueden aparecer problemas óseos.
- La sangre se acidifica y hay destrucción de la Vitamina B.
- Si hay bajos niveles, la persona se encuentra irritada, con mareos o dolor de cabeza.
- EL SABOR SALADO: Es de naturaleza caliente, ayuda a eliminar toxinas y a la digestión. Aumenta la capacidad digestiva y el apetito. Está relacionado con el Elemento Agua, y apoya al Bazo-Páncreas y Estomago en los procesos digestivos. Conduce la energía (El Qi) hacia abajo y hacia el interior del cuerpo.
Con moderación:
- Estimula el entusiasmo <la sal de la vida>, dinamiza los sentidos.
- Mejora la concentración mental.
- Enfrían la parte exterior del cuerpo y llevan el calor al interior del cuerpo.
- Aumentan la capacidad de almacenamiento del cuerpo (estaciones de frío – otoño/invierno-).
- Ayuda al individuo a adaptarse más fácilmente a las estaciones de frío.
- Calman a la persona con una estructura delgada, nerviosa y seca.
En exceso:
- Induce a los placeres sensoriales a través de los sentidos.
- Estados de angustia y agresividad.
- Aprieta los órganos que están bajo su influencia como el “Riñón -órgano yin- y su complemento, la Vejiga – órgano Yang-“.
- Induce a la rigidez mental.
- Puede propiciar estados de sobrepeso, aletargados o con edemas.
- Muy perjudicial para las personas con presión arterial alta.
- EL SABOR ÁCIDO: Es de naturaleza caliente y pesada. Ayuda a eliminar toxinas y mejora el apetito y la digestión. Tiene un efecto astringente, absorbente, seca y fortalece los tejidos. Conduce la energía (El Qi) hacia abajo y el interior del cuerpo.
Con moderación:
- Abre la mente, agudiza y ayuda a la percepción .
- Ayuda a evaluar y discriminar las situaciones, llevando a la persona a tomar decisiones idóneas.
- Muy bueno para evitar el goteo urinario.
- Quitar diarreas.
- Tiene gran efecto sobre sobre los órganos que están bajo su influencia, como son el Higado – órgano yin y su acoplado, la Vesícula Biliar – órgano yang-.
- Limpia el organismo de los alimentos pesados (muy condimentados, grasosos o cremosos).
- Ayuda a la digestión, desdobla las grasas y separa las proteínas.
- Armonizan el cuerpo en otoño (periodo de recolección)
En exceso:
- Te volverás una persona muy crítica, con envidia y celos (se prestará demasiada atención a todo lo externo).
- Si la persona tiene problemas de tendones y ligamentos, su consumo debe ser moderado.
- Incrementa la avidez, la irritabilidad y el cansancio.
- Incrementa los picores y los problemas cutáneos.
- EL SABOR PICANTE: Es caliente, ligero y penetrante. Acelera el metabolismo y las emociones intensas, mejora el apetito. Lleva la energía (El Qi) hacia arriba y hacia la superficie (afuera) del cuerpo.
Con moderación:
- Te hace ayuda a estar extrovertido y dinámico.
- Estimula la circulación de la energía y de la sangre.
- Estimula la digestión.
- Ayuda a la eliminación del moco dentro del organismo. Causado por alimentos como los lácteos y carnes.
- Fortalece el Sistema Respiratorio, evitando el resfriado común.
- Es diaforético (estimula la sudoración), especialmente consumido en infusiones.
- Aclara los Pulmones, por ello se recomienda su consumo durante el otoño.
- Es cardiotónico porque aumenta la tonicidad (buen funcionamiento) del corazón.
- Mejora la función hepática lenta (Hígado y Vesícula Biliar)
En exceso:
- Produce ira, irritabilidad y aumenta el calor interno en general, ansiedad y problemas de sueño.
- Si la persona tiene condiciones de viento (medicina tradicional china), es decir, es muy nerviosa o delgada.
- En personas con la energía (El Qi) muy baja.
- En personas con sobrepeso o calor en el cuerpo, se debe tener cuidado, o ingerir los sabores picantes enfriadores.
- EL SABOR AMARGO: Es frío y ligero. Ayuda a depurar el organismo. Tiene un efecto secante y refrescante. Reduce a la persona excesiva (robusta, voz fuerte, semblante rojizo), por el llamado exceso de “fuego”. Conduce la energía (El Qi) hacia abajo y hacia el interior del cuerpo.
Con moderación:
- Regula la acción del resto de los sabores dentro del organismo. Cerrando la percepción “exagerada” que puedan llegar a tener los sentidos. Ayudando a conectar con la realidad y a recuperar la serenidad.
- Es antipirético (reduce la fiebre).
- Algunos sabores tienen efecto purgante (depuran el intestino grueso).
- Es un bueno contra el estreñimiento. Aumenta la peristalsis (movimiento de los intestinos).
- Este sabor se identifica con los órganos del Corazón – yin y su acoplado el Intestino Delgado – yang. Con lo cual, ayuda a limpiar las arterias de depósitos mucoides y de colesterol.
- Ayuda a bajar la presión arterial.
- Ayudan a drenar condiciones de humedad anormal, ocasionadas por el desarrollo del hongo cándida, de parásitos, de moco, de erupciones en la piel, de quistes, y de edemas.
- Elimina el exceso de líquido y toxinas de organismo
En exceso:
- Al ser muy secante, puede producir tendencia a la insatisfacción, a miedos (por ser muy frío) y a la ansiedad, (porque reseca muy rápido los fluidos y la sangre).
- Al causar insatisfacción, induce al deseo de cambio, porque disipa las ilusiones.
- Fuerza a la mente a tener contacto con la realidad, pero de forma exagerada, llevando a la frustración y a la amargura.
- Afecta a las personas con condiciones de frío, débiles, delgadas y nerviosas.
- En personas con enfermedades de huesos, su consumo debe ser muy moderado
- Puede debilitar la energía de la persona.
¿Interesante verdad? Por ello, utilizarlos en su justa medida, en nuestra alimentación, son complementos o ayudas, para estar más armoniosos y fluir mejor a nivel físico-mental.
¡No vemos pronto y deseo de corazón que “Todo esté bien en tu Mundo”!
Gracias por leerme,
Un abrazo, Fabiola