¡Conocer las heridas que arrastras, es una herramienta poderosa, si quieres sanar tu árbol genealógico!
Sí y son las 5 heridas, de las cuales habla Lise Bourbeau, en su libro “La sanación de las 5 heridas”, ellas son: La herida de abandono, la herida de rechazo, la herida de injusticia, la herida traición y la herida de humillación.
Quería hablarte de este tema, porque es justo, como antesala de la navidad, que muchas personas experimentan un renacer o una activación de sus heridas de infancia.
De ahí, que muchas personas huyan de forma desesperada, de las celebraciones navideñas. Y que ya de por sí, son festividades muy familiares, donde es casi inevitable, cruzarse con miembros del Clan.
O verse en la obligación de compartir cenas, meriendas o veladas, con familiares con quienes se arrastran historias inconclusas, dolorosas y en muchas ocasiones, traumáticas.
Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma
Carl Gustav Jung
Lise también explica que esas heridas, nos acompañan desde vidas anteriores. Y que, en muchas ocasiones, al reencarnar se hacen presentes nuevamente.
Y que el fin de arrastrarlas de una vida a otra o manifestar estas heridas, es sanarlas y avanzar en el proceso de evolución.
Sin embargo, ella afirma, que el ego – el eterno enemigo oculto – se hace presente y no nos permite hacer una sanación correcta. Y en ocasiones, lleva a que el ser humano, se pierde en un laberinto de sufrimientos, que pueden durar toda la vida.
De hecho, me encanta la visión de Lise Bourbeau, y además pienso, que sí, que efectivamente esas heridas vienen con nosotros de vidas anteriores.
Y que cuando decidimos reencarnar, traemos como “plan de vida”, hacer un trabajo personal a fondo. Y para ello, escogemos al clan o árbol genealógico correcto, que nos permita superar esas heridas de forma sobresaliente.
Te dejo por acá el video que he preparado para ti, en mi canal de youtube, dale al play:
Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y saldrás triunfador en mil batallas – Sun Tzu
Si bien, las heridas se activan, lo más importante es conocerlas, identificarlas y sanarlas. Veamos cada una de ellas, de forma rápida:
La herida de abandono
Se despierta desde la concepción, hasta el año de vida. Y se da con el padre del mismo sexo. Es decir “madre-hija”, “padre-hijo”.
La máscara que se activa es el “huidizo”
Su miedo es el “pánico”
Esta herida hace que:
- Sientas que no vales nada, que no eres importante
- Consideres que tiene poca valía
- Llegues a desarrollar estrategias de huida como: El alcohol, las drogas, los viajes astrales, los juegos virtuales
La herida de rechazo
Se despierta entre el primer año de vida y los tres años. Y se da con el padre del sexo opuesto. Es decir “madre-hijo”, “padre-hija”.
La mascara que se activa es el “dependiente”
Su miedo es la “soledad”
Esta herida hace que:
- Demandes apoyo, presencia y atención de tu entorno
- Te provoques de forma inconsciente enfermedades o dramas. Para llamar la atención dar pena.
La herida de injusticia
Se despierta entre los cuatro y los seis años. Y se da con un del padre del mismo sexo. Ha sufrido la frialdad del padre del mismo sexo. No ha sabido expresarse ni ser el mismo con ese padre.
La máscara que se activa es el “rígido”
Su miedo es la “frialdad”
Esta herida hace que:
- No admitas que tienes problemas o le quites importancia.
- Busques que todo sea justo y esté justiciado.
- Te muestres rígido y con gran control de tu parte sensible.
La herida de Humillación
Se despierta entre el primer año de vida y los tres años. Y se da con uno de los padres o con ambos. Con quién se haya sentido reprimido, sin libertad, o si se ha sentido como “foco de burla” de sus progenitores.
La máscara que se activa es el “masoquista”
Su miedo es la “libertad”
Esta herida hace que:
- Estés muy contenido verbalmente
- Temas ser castigado, si disfrutas mucho de la vida.
- Hagas que las otras personas de rían de ti, En ocasiones, lo haces humillándote tú mismo.
La herida de Traición
Se despierta entre los dos y los cuatro años. Y se da con un del padre del sexo opuesto. Ha perdido la confianza en ese padre, después de haber sido victima de mentiras o promesas no cumplidas.
La máscara que se activa es el “controlador”
Su miedo es la “separación”
Esta herida hace que:
- Te muestres como una persona con personalidad muy fuerte
- Te esfuerzas por mostrarte como alguien muy responsable
- Esperes mucho de los demás y seas exigente.
Navidad es sinónimo de sanación
Lo que te he comentado, de las 5 heridas, han sido un par de cosillas. Como para ponerte en contexto.
Lo que intento, es que empieces a identificar la o las heridas, que puedan estar presentes aún en tu vida. Que te permitas identificarlas, trabajarlas y trascenderlas
¡Creo que ha llegado el momento de plantar cara a tus heridas!
Dice Anne Ancelin Schutzenberger en su libro “Psicogenealogía” que los ciclos que no se cierran, siguen de alguna manera latente en la vida del ser humano. Ella habla sobre el hecho de “rumiar sobre la tarea inacabada”. Y que pueden haber pasado muchos años, y seguir trayendo al presente, una y otra vez, situaciones dolorosas.
Anne Ancelin, también dice que cuando “las tareas se terminan”, son como archivos completos y cerrados, que con el tiempo, se van diluyendo, permitiéndote pasar página en tu vida.
Te he hablado de las 5 heridas de la infancia, las más típicas. Pero quiero comentarte algo muy importante y es que, esas heridas, son una y otra vez, actividadas por terreros.
¡Si, lo que acabas de leer!
No es que las hayas sufrido en tu infancia solamente, sino que se quedan como improntas emocionales latentes.
¡Como si de un virus se tratara, permanecen dentro ti incubadas!
Y empiezan a ser parte de tu vida cotidiana y se manifiestan en diferentes situaciones, esperando ser vistas, identificadas y sanadas.
¿Cuáles podrían ser esas situaciones, que activan tus heridas?
- Relaciones inconclusas que no han sido terminadas de forma armoniosa. Mismo si las has vivido a nivel personal, laboral o social.
- Conflictos fuertes a nivel familiar, que arrastras desde hace tiempo. Causados por violencia física, psicológica, debido al consumo de drogas, alcohol, etc.
- Roles equivocados dentro de tu clan familiar.
- Experiencias de alto impacto emocional, que arrastras desde tu infancia o adolescencia (maltrato físico, abandono, acoso, violaciones, etc).
- Acuerdos, pactos y lazos que traes de tu vida pasadas. Y que te atan energéticamente a tus padres, a tus hermanos, primos y a otros miembros de tu grupo familiar.
- Conflictos por temas de algún divorcio agresivo y doloroso, pérdidas de custodia de los hijos.
- Daños emocionales por perjuicios económicos a causa de herencias mal repartidas, juicios perdidos, bienes materiales expropiados, despidos laborales injustos.
Ahora la pregunta es: ¿Te has sentido identificado con alguna de estas situaciones?
Si la respuesta es afirmativa, quiero invitarte a reflexionar sobre ello. No es sano para ti, permanecer por más tiempo, dentro de tus estos ciclos energético negativos.
De hecho, Rudolf Steiner dice que cuando te alejas o separas de una persona, con quien has vivido una experiencia emocional fuerte, durante algún tiempo. Al principio te separas sólo físicamente de ella. Pero luego te vas separando progresivamente durante dos años, de forma energética.
¿Sorprendente y tranquilizador, verdad?
Recuerda que “Donde pones tu atención, ahí va tu energía”. Además porque en el juego de tu vida, el roll principal lo interpretas tú, nadie lo puede hacer por ti.
Y ahora, te toca a ti,
¿Habías imaginado, que pudieras arrastrar heridas, que se activaron, siendo tú, tan pequeño?
¿Eras consciente, de cómo, la época de navidad, hace renacer tus más profundas heridas de infancia?
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Nos vemos pronto y deseo de corazón que “Todo esté bien en tu Mundo”!
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