La primavera es la estación del renacer, de la explosión de la vida y del renacer de las emociones.
La primavera, está relacionada con los órganos y de hígado y vesícula biliar. Con lo cual, estos dos órganos se activan “si o si”
¿Y como es esto?
Tú, a partir de tus dos órganos estrellas de la primavera, buscas renacer y contactar con el mundo. Después de un periodo de casi 6 meses de cierta inactividad o introspección, vivida durante el otoño – invierno.
Sin embargo, es posible que a medida que intentas interactuar de forma más activa con tu entorno, notes un gran bajón, tan físico como emocional.
Acá tienes el vídeo…en 10 minutitos o así, te lo cuento todo, dale al play:
¿Y a que se debe esto?
A tres factores importantes, que pasan casi desapercibidos y que a su vez, se complementa entre si. Veamos cada uno de ellos:
♦ El abuso de las pantallas luminiscentes
Actualmente, el mundo entero, está viviendo una situación extraordinaria. Debido a la pandemia que aún no termina de ser controlada.
Lo que ha llevado a muchas personas, a pasar muchas mas horas frente a una o varias pantallas luminiscentes. Por ejemplo:
- Bien por temas laborales.
- Bien por temas de formación.
- Ayudar a los hijos con los deberes.
- Realizar la compra de bienes de primera necesidad,
- La gestión de las citas médicas, etc.
En conclusión, no poderse relacionar con el mundo exterior de forma física, sino por vía online.
Y también al altísimo incremento de las horas, que el ser humano actualmente, pasa frente a una pantalla de televisión. Buscando ratos de distracción, de información o de matar el tiempo, debido a la imposibilidad de salir a hacer deporte, distraerse fuera, quedar con amigos o la familia, etc.
♦ El dormir poco o sueño de mala calidad
El no dormir como mínimo entre 6 u 8 horas, está perjudicando notablemente al ser humano.
Y es que “una cosa va de la mano con la otra”. El hecho de estar conectados tantas horas a una pantalla, no permite que la mente se relaje.
De hecho, el color azulado que emiten las pantallas, emulan la luz del día. Con lo cual, irse a la cama, mientras se ven las redes sociales, series o cualquier otra información, sobre pantallas táctiles. No permite que el cerebro asocie o identifique que es hora de dormir.
Puesto que es la glándula pineal, la encargada de segregar la “melatonina”, que es la hormona del sueño.
Este proceso sucede o se activa, cuando la glándula pineal recibe poca luz. A partir de lo cual, la pineal transforma el triptófano (aminoácido presente en nuestro organismo) en “melatonina”, induciendo al organismo a tener sueño o ganas de dormir.
Siendo la melatonina, la hormona que regula los “ritmos circadianos” o nuestro reloj biológico.
Y disminuyendo al día siguiente, cuando comienza a amanecer y la glándula se desactiva, por decirlo así. Dando paso a un nuevo día, lleno de actividad de forma normal.
Al disminuir la calidad del sueño o el sueño en sí, nuestro funcionamiento diurno se deteriora, disminuye el rendimiento intelectual (hay dificultades en la concentración y en la memoria).
Disminuyen los reflejos (lo cual puede favorecer el riesgo de accidentes domésticos, laborales…).
También se producen alteraciones del estado de ánimo, generando más ansiedad e irritabilidad.
♦ La Contención y Rigidez Mental
El Hígado y la Vesícula Biliar, están relacionados con el Tercer chakra o Manipura. Donde reposan o se concentran las “emociones duras”, como son la ira, la rabia, la impotencia, la irritabilidad, el enfado.
Manipura también es la casa de la fama, del buen nombre, de los triunfos, de lo logros.
De ahí, que el hecho de permanecer durante largos periodos de tiempo, viviendo situaciones límite. Como podrían ser:
- Un trabajo que no se quiere hacer.
- Una relación afectiva que no se quiere mantener.
- Un proyecto que no arranca.
- Una quiebra económica.
- Un divorcio conflictivo.
Hacen que tanto el hígado, como la vesícula biliar, estén en tensión permanente. Sufriendo un desgaste constante y nocivo para la salud, tanto física, como mental y espiritual.
Como ves, son tres puntos que se hacen presentes en nuestra vida, de forma casi irremediable. Pareciera que estamos a mercede de ellos. Pero no es verdad, porque la vida puede ser todo lo sencilla que queramos hacérnosla.
Es cuestión de mirar dentro de nosotros mismos y enfrentarnos a nuestra sombras, miedo y deseos. Y no está mal tenerlos, lo malo es no equilibrarlos.
Ahora te toca a ti,
Cuéntame si conocías estos tres puntos que debilitan tanto a tanto a tu hígado como vesícula biliar.
Siempre te digo que “los pequeños cambios, lo cambian todo”.
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Nos vemos pronto y deseo de corazón que “Todo esté bien en tu Mundo”!